sexta-feira, 20 de maio de 2011

El Esperpento en Divinas Palabras

El carácter esperpéntico, ya presente en Divinas Palabras, se debe, en gran parte, a dos personajes: Pedro Gailo, el sacristán que queda en ridículo, moralmente impotente, y que parece no tener control en su ya viejo cuerpo, y el Hijo Idiota de la difunta  hermana del sacristán, Juana la Reina, un enano hidrocéfalo que es transportado en el carretón, para dar dinero a los demás que explotan sus deficiencias, exhibiéndolo en ferias, a cambio de dinero y vino.  
Además, el vino es otro de los elementos constantes a lo largo de la obra, y que contribuye notablemente para el tono esperpéntico de la misma. En los demás personajes, y ocasiones, se percibe que el vino “habla más alto”, en la que es aquí retratada como una sociedad alcoholizada.
En proceso de deshumanización y animalización, Valle-Inclán esperpéntiza personajes como Simoniña, la cual es “abobada, lechosa, redonda con algo de luna, de vaca y de pan”; Laureano es llamado “el carretón”, entre otros personajes.

El sacristán contribuye, desde muy pronto, para lo grotesco y fealdad presentes en la obra; descrito como...”un viejo fúnebre, amarillo de cara y manos, barbas mal rapadas, sotana y roquete.”(p.51, I jornada, escena primera),…”Con las barbas grises sin afeitar y las mejillas cavadas el sacristán tiene algo que recuerda la llama amarilla de los cirios.”(p.91,II jornada, escena cuarta),o en la última escena de la tragicomedia,…”se tira de cabeza. Cae con negro revuelo y queda aplastado, los brazos abiertos, las sotana desgarrada. Hace semblante de muerte. De pronto se alza renqueando…” (p.141); tales descripciones, bien como sus acciones a lo largo de la obra, hacen de éste un personaje más y ridículo que llega mismo a acercarse a la figura de fantoche, hombre sin virilidad y cornudo que comparte con su mujer y su hermana la avaricia, y el dinero que puedan obtener con la exhibición del Idiota (Laureano).    
Se distingue de los demás por el lenguaje que utiliza, en un registro que es pretencioso y que parece un intento de erudición que le pueda proporcionar respeto y poder en la pequeña comunidad, pero que resulta ridículo porque nadie le percibe.

Laureano, es el personaje más cerca lo grotesco. Descripto comonegro de moscas, hace su mueca” (pp.61)”…balanceando la cabeza enorme sobre la almohada de paja, da su grito en la  humedad del cementerio.” (pp.74)
El idiota.-¡Hou! ¡Hou!
El sapo.-¡Cro! ¡Cro!
o en la siguiente acotación, (II,7 escena):
El idiota, los ojos vueltos y la lengua muerta entre los labios negruzcos, respiraba con ahogado ronquido. La enorme cabeza, lívida, greñuda, viscosa, rodaba en el hoyo como una cabeza cortada.”

Sus sonidos están al nivel de los de los animales, como el sapo que le contesta, e incluso después de muerto, llega incluso a un nivel abajo al de esos, cuando sus familiares se olvidan de él y los cerdos le comen la cara y manos. Lo más irónico resulta del hecho de que el personaje más grotesco, (goyesco también), es el objeto de codicia, en una sociedad que premia más lo feo y la deformidad. 

Mari-Gaila contrasta mucho con su esposo. Es sensual, busca la libertad, y es ella quien sale de casa y se lanza por los caminos de las ferias y romerías para explotar las deformidades de Laureano.
Mujer pagana y cruel con su familia, ella es deseada por los hombres. En sus viajes encuentra a Lucero, del que piensa que se trata del Conde Polaco. Movida por la posibilidad de ventajas materiales, empieza una relación adúltera con Lucero, que mantiene hasta el final, después de saber que Séptimo Miau no es el Conde, porque la codicia que tenía por el dinero y bienes materiales ya son menos importantes que el placer y goce sexual de la relación carnal que tiene con Lucero.   

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